miércoles, 28 de septiembre de 2011

La primera semana de clases: no es fácil el chino...

Tal día como hoy hará un mes llegaba al aeropuerto de Pudong con muchas ganas e ilusión, y aquí sigo con las mismas o incluso más ganas. Los días pasan muy rápido aquí, además los horarios son bastante diferentes con lo que a las 10-11 de la noche uno está en la cama viendo las películas o series completas que venden en la calle por 2 euros. De hecho ayer me compré las 6 temporadas de Bear Grills por 18 yuanes, y son como 8 CDs que se ven bastante bien, así que ya veis como está el tema precios por aquí...

Escribo desde el Ciao Café, a medio minuto de la residencia y la velocidad es lenta no, lo siguiente. En fin, a lo que íbamos, el lunes 13 de septiembre es fiesta en Shanghai (o en todo China) porqué es el Mid-Autumn Festival, así que no tuvimos clase y aprovechamos para ir, otra vez, al Fake Market. Suerte que está a media hora en metro porqué si llega a estar a 5 minutos yo creo que tendría un puestecito allí ya...

La clase de chino

Martes día 14, empiezan las clases. El domingo anterior habían colgado las listas dentro del Teaching Building con las clases a las que iba cada uno según el nivel. Mi número de clase era el 105, y por suerte vi dos nombres conocidos en la misma clase: Franco y Marta. Franco es un chico argentino muy simpático y Marta es una malagueña genial también. Así que el martes a las ocho menos cinco de la mañana estaba ya en la clase 105. Me senté al lado de Marta y Franco, hacia el final de la clase, con otro chico americano que se llama Derek, de NY. A las 8.00, puntual como un reloj llegó Wong laoshi, oséase, la profesora Wong. Es una chica china de unos 25 años muy simpática y agradable, y con un inglés aceptable.

Empezamos con las presentaciones típicas, y la verdad es que en mi clase hay de todo: americanos, indonesios, rusos, ucranianos, argentinos, colombianos y así hasta llegar a los 20 que somos en clase. Pero muy buen ambiente eso si. El domingo también fuimos a buscar los libros con los que damos clase. Somos el nivel lower elementary obviamente, y hay que empezar desde el principio. Ese principio con la lengua china son los tonos, hay cuatro tonos diferentes y según digas una palabra con un tono o con otro tiene un significado muuuuuy distinto. Los libros están en inglés y en pinyin, que es la traducción de los caracteres chinos a las lenguas románicas. Según vas avanzando ya deja de haber pinyin para que solo haya caracteres.

Luxun Park


Digamos que los tres primeros días se basaron en repetir lo que la profesora decía, uno por uno, y haciendo ejercicios varios para diferenciar entre los distintos tonos y los sonidos. Es decir, en chino la letra Z se pronuncia como tzé, y así con unos cuantos sonidos más, así que no es nada fácil. Pero poco a poco vas viendo las diferencias entre los tonos, y después de varios dictados algo sabes. Pero hay que seguir practicando. A la vez íbamos aprendiendo algunos caracteres básicos, como shui, que es agua, xibanya que es España, men que es puerta, y así hasta unos 25-30 caracteres que sabíamos escribir al acabar la semana. Mi objetivo es aprender unos 150-200 al acabar el semestre, para así poder hacer el examen HSK y tener algún título de chino. Y luego continuar estudiándolo en España.

El viernes vino otra profesora distinta, Wang laoshi, y es un poco más estricta y aburrida, pero da más caña y también se agradece. A la vez que el chino empecé también las clases de economía en el Xianda College. Tengo nueve clases a la semana repartidas en cuatro días porqué preferí dejarme el viernes libre. Hablé con mi tutora y le pregunté, por si las moscas, que si las clases eran en inglés, a lo que me contestó que obviamente. Obviamente que no, porqué solo llegar a la primera clase, aparte de ser el único occidental de toda la universidad y por tanto el centro de atención, la profesora se puso a hablar en chino, aunque las diapositivas y el libro están en inglés.  Y así con las otras tres clases a las que fui, por lo que he decidido no ir más a las clases, he hablado con cada profesor y les he dicho que me envien los ppt's y me digan las fechas de los exámenes, me lo estudiaré por mi cuenta. Ningún problema por su parte, al revés, han sido muy simpáticos.

En Pudong con Xisi, Anna, Rubén y Juanra


Como veis pues, la primera semana de clase se ha saldado sin víctimas. Incluso me está gustando el chino, me estoy poniendo a tope de estudio. Aunque hay que decir que las clases de chino acaban a las 11.30, luego se come a las 12, sí, a las 12, un poco de relax, estudio durante un par de horitas y luego el resto de la tarde libre para ir al Luxun park, al Fake Market o simplemente quedarse en la residencia con los amigos.

Y el fin de semana se sale por supuesto, de hecho el sábado acabamos en una discoteca que se llama SOHO, llena de chinos pero muy divertido. De hecho los dueños eran expats también y nos preguntaron por nuestros datos por si queríamos hacer de RRPP's, se los dimos pensando por un dinero extra, pero todavía sigo esperando su llamada...

En definitiva, que las clases de chino son entretenidas, y me estoy acostumbrando a la vida de aquí, aunque coma a las 12 y cené en cualquier sitio de la calle por 50 céntimos a las 6 de la tarde. La semana que viene es fiesta nacional en China, y estamos intentando planear algún viaje. Queríamos ir a las montañas voladoras (las que salen en Avatar), que están a 3 horas de Shanghái pero me parece que vamos un poco tarde porqué es fiesta en toda China y todo el mundo se va de vacaciones, así que a ver qué encontramos...

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jueves, 22 de septiembre de 2011

Totalmente adaptado a Shanghái: II parte

Sé que ésta entrada viene con mucho retraso pero es que no encuentro el tiempo para conectarme a internet, aquí hay ocho mil cosas a hacer antes que eso... os traigo la segunda parte del post del otro día.

Conocí al grupo con el que me he ido moviendo estos últimos días hace 5 o 6 días, y desde entonces todo ha mejorado mucho. El primer día fuimos a cenar a un restaurante que se llama Canteen, lo típico vamos, pero de Cantina mejicana tiene lo que yo de bombero porqué todo era comida china, buena y barata, pero china al fin y al cabo. Fuimos cinco a cenar: Juanra de Alicante, Xisi de Alicante también, Rubén de Bilbao, Anna del sur de Italia y un servidor. Después de cenar decidimos ir a tomar una cervecita, y ya de paso a jugar a los bolos o karaoke o lo que surgiera. De hecho a 10 minutos de la residencia hay un edificio de cuatro plantas que se llama KTV, y que tiene 25 billares en la primera planta, unas cuantas salas de karaoke en la segunda, una bolera en la tercera y salas para jugar al Mao Johng (creo que se llama así) en la cuarta planta, un centro de entretenimiento vaya. Acabamos en la bolera con una Tsingtao, cerveza china suave.

Xianda College

Estamos a lunes ya y no tengo nada especial que hacer porqué en el calendario que nos dieron al registrarnos pone que hasta el día 13 no empiezan las clases del curso chino. Lo más que tenía que hacer era ir a buscar los libros el día 11 y hablar con la oficina internacional para ver cómo funcionaba el tema de la matrícula en el College de economía, pero eso lo haría el martes, que el lunes había que descansar y ver algo de ciudad. Volvimos a ir a la Canteen a comer el lunes con todos, además se había juntado Óscar, otro español. Así que ya somos 6 en el grupo. La pobre italiana no sabe dónde se ha metido... es broma, que se lo pasa muy bien y más o menos entiende todo lo que decimos a no ser que hablemos rápido. Nada más destacable el lunes si no recuerdo mal.

El martes decidimos ir de compras al Fake Market de Ya'tai, era la tercera vez que iba, pero es que me lo paso genial regateando. Además ya le he cogido el truco y saco las cosas por precios razonablemente bajos. Estuvimos como cuatro horas comprando, aunque los que más compraron fueron Anna y Rubén, que se llevaron varias cosas: bolsa Louis Vuitton, zapatos y no sé cuantas cosas más. Fue muy divertido. Y si os digo la verdad, ya me conocen en el mercadillo, a día de hoy he ido como diez veces.

Vistas del Pudong

Era la semana antes de empezar las clases de chino así que fue muy de relax. No hice mucha cosa destacable más que salir el sábado a un club que se llama Soho, que diría que está en la Concesión Francesa. Si bien no tiene nada que ver con el M1nt (del que os hablé la semana pasada) ni en decoración ni en ubicación, fue una noche muy divertida, pues es un club mayormente frecuentado por chinos, y no hay nadie más divertido bailando que ellos. El viernes no salimos y nos quedamos viendo alguna peli en la habitación, que estábamos cansado y daba un poco de palo salir.

Por suerte el lunes era fiesta y el domingo salimos a tomar una cervecita tranquilamente. Me tengo que ir porqué hemos quedado para cenar, y para variar el internet es lo último. A ver si en breves puedo contaros cómo han ido las dos primeras semanas de clase, con fotos y demás...

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viernes, 9 de septiembre de 2011

La vida shanghainesa: no se vive nada mal...

Pues si, sigo vivito y coleando, cada día haciéndome más al estilo de vida shanghainés y conociendo a muuucha gente. Pero tenía el blog un poco abandonado, de hecho lo que os cuento hoy lleva dos o tres días de retraso, mañana prometo poner la otra parte, que estos últimos días han sido geniales y he hecho un montón de cosas con el grupo nuevo de amigos.


El sábado fue un día muy normal. Me levanté sobre las 10 de la mañana, mientras que a mi roomate ya le había dado tiempo de ir al parque a ver a los viejos hacer tai-chi (dicen que es un espectáculo digno de ver, así que un día de estos me levantaré temprano y lo iré a ver), hacer la compra en el Carrefour, desayunar y ducharse. Es un tío que aprovecha el tiempo, además come sano y estudia mucho, lo que se vendría a llamar una buena influencia. Hicimos arroz para desayunar/comer en la misma habitación con un aparatito muy majo que tiene Sasha para cocinar cosas y una vez desayunado y duchado me puse en marcha, que aunque no tenía nada en especial a hacer quería ver alguna parte que no hubiera visto de Shanghái (como si fueran pocas las que me quedan por ver…).

Foto de Pudong

El lugar escogido fue la Concesión Francesa. Las guías y la gente dicen que es un sitio muy bonito y muy tranquilo, contrasta con el resto de Shanghái, que está lleno de rascacielos, supongo que por aquello de aprovechar el espacio y meter 20 millones de personas en el menor espacio… Así pues, cogí el metro (que es el más largo de Asia y el tercero del mundo) en dirección a Hengshan Lu (Lu = calle). Tardé unos 30 minutos más o menos entre transbordos y esperas. Nada más salir de la estación ya ves que es un barrio completamente distinto: hay muchas casas de dos pisos o menos, con estilo arquitectónico europeo, bares cools, etc. . y a medida que vas caminando te das cuenta de que es una buena zona, de hecho está lleno de occidentales. Como tampoco me lo conocía fui caminando por calles y me impresionó especialmente una que estaba sólo dedicada a la música. Estaba llena de tiendas de violines, guitarras, baterías, escuelas de música, etc. 
 
Seguí caminando por una calle que se llama Huaihai Lu en dirección a People’s Square (el centro neurálgico de Shanghái). En ésta calle están muchas de las boutiques de marcas internacionales: Rolex, Cartier, Boss, Tiffany&Co., Zara, H&M, Columbia, Puma y así un largo etcétera. Por cierto, ahora que estoy con las marcas, ayer vi un puestecito donde vendían falsificaciones de Zara, lo que me faltaba por ver.
Acabé, después de 45 minutos caminando, en People’s Square, y para variar cené en un Pizza Hut porqué era lo que más me apetecía, además estaba la calle llena y me daba palo meterme en un sitio chino. Para beber pedí una cosa un tanto rara, Cocacola con nata y una bola de helado de chocolate encima… juzgad vosotros mismos. Y después para volver paré en una tienda de deportes a comprarme un skate por unos 120 RMB (13 euros), que la verdad es que me está siendo bastante útil para moverme por la ciudad. Llegué a mi parada y me fui al Starbucks que está a unos 10 minutos de la resi, a ver mis mails, Skype, Facebook, SdeShanghai y esas cosas del interneng.

Hasta aquí era un sábado normal, mis amigos no me habían dicho nada y eran sobre las 10pm. Pero de repente recibí una llamada de la hermana de una amiga mía de Barcelona, que ya me había dicho que estaba por aquí, que si quería salir, que estaba cenando con un grupo de españoles y un alemán. Obviamente acepté la propuesta, no se podía rechazar. Me fui a la resi rápidamente, me vestí un poco decentemente y cogí el taxi en dirección a no sé dónde me dijo María. Llegué al restaurante y había como 5 españoles/as y un alemán. Todos se presentaron, muy majos y simpáticos. Acabaron de cenar y ninguno se decidía, así que unos se fueron a casa porqué estaban cansados y María, otra chica, el alemán und me nos fuimos de fiesta. Pero no fuimos a cualquier bareto, no, fuimos al m1nt, el club más fashion de todo Shanghái. Hay que reservar antes de ir para estar en la lista, sino no entras. Y de hecho es un sitio que vale la pena porqué está en el piso 24 de un rascacielos con unas vistas que alucinas. De hecho en el pasillo de entrada a la sala tiene un acuario con tiburones de 70 centímetros. Entramos con otras dos chicas españolas que había por allí. No es un club para chinos, que digamos, los podía contar con los dedos de una mano. Era todo gente europea y americana: mejicanos, rusos, varios catalanes, ingleses, alemanes, franceses, etc. todos engalanados como en cualquier western club medio decente. La noche genial aunque los precios de las copas son los mismos que en España, 80 RMB por cubata o chupito. Cuando me cansé, taxi de vuelta a la resi por unos 25 RMB. 

La discoteca M1NT


Uno de los tiburones de la discoteca

El día siguiente no me levanté pronto porqué había quedado a la 1pm con mi amigo colombiano para ir a jugar unos partidos de fútbol. Llegué a la parada donde había quedado con él y fuimos en dirección al campo, que llegábamos un poco tarde. Allí me presentó a su equipo, casi todo latinos excepto un español. Y estuvimos jugando bien bien 3 horas contra varios equipos chinos. Pagas unos 50 RMB por jugar 3 o 4 horas con todas las bebidas energéticas que quieras así como agua fría a mansalva. Iré todos los domingos.

A las 4 me tenía que ir porqué una hora más tarde había quedado con Lucía, una chica china que ha estudiado filología española y que conocí a través de la Casa de España en Shanghái. Como ella se conoce la ciudad más que yo, me enseño la Concesión Francesa, pero bien enseñada. Fuimos a la biblioteca Cervantes, vimos Casa Pepe, tiendas europeas y un montonazo de occidentales. Como ya se hizo la hora de cenar me llevó a un restaurante chino con cocina de Sichuán, es decir, la cocina china que más pica. Pedimos un pollo con chile (no tenía ese nombre obviamente) que picaba como el demonio, de hecho aún tengo la lengua escocida, un poco de arroz frito y un plato con berenjenas picantes raras. Estuvo muy bueno y no muy caro, unos 100 RMB. Como ya suelo hacer casi cada noche, al volver a la resi cogí el portátil y me fui a mi Starbucks a tomarme mi cafetito y mi internet.

Comida sichuanesa: picante de co**nes

El día de hoy tampoco ha sido muy provechoso, pero como hasta el lunes que viene no empiezo las clases, tampoco hay prisa. Lo que si que tengo que decir es que he conocido más españoles y una chica italiana, a los que ahora estoy esperando para cenar. Y de hecho he ido a cenar y a la bolera, ha estado genial, son gente muy maja.

La bolera y Rubén

Mañana prometo poner la segunda parte, que como ya he dicho, esto está un poco atrasado y en los útlimos días ha habido mucho movimiento...

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viernes, 2 de septiembre de 2011

Aquí seguimos: casi una semana...

Aquí sigo, hoy me toca escribir desde un Starbucks porqué en la residencia el WiFi todavía no funciona...de hecho he estado esperando como media hora a que un chico (no chino) se fuera porqué se había apropiado el enchufe y yo tenía muy poca batería.

En fin, que puedo seguir contandoos mis peripecias por Shanghái. Entonces, la última noche del hotel fue normal, sin sorpresas ni nada que valga la pena remarcar, además del poco sueño que seguía teniendo por el maldito jet lag. Antes de meterme en la cama me planeé el día siguiente: me levantaría a las 9, me ducharía tranquilamente, bajaría a desayunar, volvería a la habitación a hacer la maleta otra vez y luego me iría en metro hasta la universidad (unos 40 minutos aprox.).  

Ja! Hasta lo de hacer la maleta todo bien, pero cuando llegó el momento de ponerse a caminar 500 metros en dirección a la estación vi que lo del metro no era muy factible... con 30 kilos repartidos en 3 maletas y con una chaqueta de por medio no era muy buena idea. Así que escogí la opción fácil: el taxi. Por una parte me encantan los taxis de Shanghái, coches antiguos y superbarato, y por otra los odio, los conductores están como una p**a regadera, conducen FATAL y pitan todo el día. Obviamente no tienes preferencia ni aunque estés cruzando un paso de cebra. El taxi tardó apenas 10 minutos en llegar a la uni por lo que me salió barato el viaje, unos 40 RMB (unos 4 euros y poco).

La habitación de la resi


¿La impresión de la residencia así a primera vista? pues no la mejor del mundo, porqué el edificio es bastante feo. Está pintado de un tono rosa apagado y un poco sucio por fuera. Pero entras dentro y cambia bastante. Además empezaba a haber un poco de movimiento internacional, cosa que me animó bastante. Había un par de chicas rusas hablando con el recepcionista y un inglés en una mesita improvisada donde hacíamos los tramites del registro con dos chinos que hablaban un inglés decente. No fue mucho problema hacer el registro, lo único es que yo estaba esperando una transferencia desde España para pagar la residencia y el curso, y todavía no me había llegado, pero no hubo problema, les di una paga y señal y más adelante pagaría el resto. Lo último que me dijo el chino fue:  

- your roomate is from..........................................Uzbekistán! -

¡Vale vale!¡Genial!¿Alguno sabe dónde está exactamente Uzbekistán? Mentira si habéis contestado que sí. Así que tocaba subir a la habitación a ver quién era el compañero. Abrí la puerta cerrando los ojos...pero no estaba. - Mejor, más tranquilo - . La habitación era genial, la verdad, además, como lo acaban de renovar entero los muebles son nuevos, la tele de plasma, las camas, los armarios, etc. así que no me puedo quejar de habitación.

De repente entró un rubio con ojos azules de metro noventa con cara de soviético, efectivamente, era Sasha, mi roomate. Pero de Uzbekistán no tenía nada por lo que fui comprobando luego, me hablaba de Ucrania solo, así que deduje que era de allí. Hay que decir que es buen hombre, tranquilo y un poco raro, pero majo al fin y al cabo, además habla chino muuuuy bien y esto equivale a una gran ayuda. Me quedé el resto del día por el barrio sin hacer mucho de provecho: vi qué había por ahí, y lo bueno es que como está cerca de un estadio de fútbol, tiene muchos restaurantes, bolera, billares y mi querido Starbucks, que creo que me va a ser bastante útil porqué en la residencia me hacen pagar 50 euros por tener WiFi, y me da mucho palo pagarlos, prefiero venir aquí y tomarme un café ya de paso.

Sasha se levantó a las 6 y pico de la mañana del día siguiente no se bien bien a qué hacer, pero yo seguí durmiendo hasta las 8.30 porque lo único que tenía que hacer ese día era ir al banco a ver si me había llegado la transferencia, y en caso afirmativo registrarme en la uni. Me levanté y al irme a duchar vi que no había agua caliente. Le pregunté a Sasha y me dijo que en lado sur del río Yangtsé (que atraviesa Shanghái) no tienen agua caliente a no ser que compren unos aparatitos a tal efecto. ¡Si hombreeee!¿Y en invierno cuando estemos a menos 5 grados me voy a duchar con agua fría? Pero no sufrais, que en realidad era sólo que como todavía estan acabando todas las reformas aun no funcionaba...¡Ufff!

La perla de Oriente


Me fui camino del Bank of China y no, la transferencia no había llegado todavía. Tenía un día entero por delante sin nada planeado. Decidí ir a ver el impresionante Pudong y el Bund, los dos lados más bonitos del río. Y la verdad es que vale la pena porqué todo el skyline del Pudong con todos los rascacielos construidos hace menos de 20 años coronados por la Perla de Oriente (la torre de TV) es bestial. Mientras hacía una foto del paisaje, un china y una china me preguntaron si les podía hacer una foto, y de allí me empezaron a preguntar que de dónde era, que qué hacía aquí, que ellos eran de Shanghái, que si bla bla, hasta que se cansaron y se fueron. Simpáticos ellos. Me estuve todo el día dando vueltas por Shanghái y por esas dos zonas, el Pudong es alucinante, todo está hecho a lo grande y a lo occidental, tienen un centro comercial que es dos veces un Corte Inglés de Barcelona o Madrid. Ya hacia las 9 volví y ni cené, que había comido mucho en un sitio por ahí en el Bund.


El Xianda College


Hoy a primera hora (con Sasha levantándose otra vez a las 6) he vuelto a ir al banco, y esta vez si, ya me había llegado. Tenía que sacar 18.000 RMB (2000 euros) para pagar la residencia y el curso de chino así que iba con un buen fajo de billetes bajo el brazo en dirección a la uni. He llegado al edificio en el que hacemos el registro los extranjeros y eso parecía la torre de Babel, había gente de muchos sitios, pero sobretodo de Japón, México y paises ex-soviéticos. Había que hacer como 4 cosas distintas, rellenar un application form, comprar un seguro, pagar el dinero y dar todos los papeles para que te hagan el carnet de estudiante (que se parece más a un pasaporte que a un carnet). Cómo no, lo he hecho todo al revés y he dado más vueltas que un tonto, pero supongo que es la gracia. Cuando me estaba yendo he escuchado un ¡...de Barcelona! de fondo, me he parado en seco y he ido a ver de dónde venía eso. 10 metros detrás mío había tres chicos, he ido de cabeza allí y me he presentado. Manuel de Colombia, Oscar de Barcelona y Carlos de México. Ya tenía alguien con quién compartir dudas y cosas.

Una vez ya tenía el carnet de estudiante me he ido a mi residencia a ducharme y en éstas me he encontrado a Óscar, y me ha propuesto ir a tomar algo. Obviamente hemos ido, hemos llamado a Manuel también para que nos acompañara y ha sido buena idea porqué es un tío divertidísimo. Además ambos estaban buscando piso así que ahora ya lo buscan conjuntamente, de hecho les he acompañado a mirar un piso cerca de la universidad. Vaya basura de piso, les pedían 5300 RMB al mes por 3 habitaciones y dos baños, pero el piso estaba en bastante malas condiciones. Luego hemos comido por fin en un restaurante chino, 3 platos y una agua por 30 RMB (3 míseros euros), además estaba bueno. Y ya después de comer hemos decidido ir al mercado de falsificaciones más grande que hay en Shanghai, en la parada de metro de Shanghai Science and Technology Museum.

¡Qué divertido ha sido! Óscar necesitaba unos polos así que hemos ido entrando a las tiendas preguntando por polos, y en una que nos ha gustado hemos preguntado el precio. Era una falsificación bien hecha de un polo de La Martina, nos ha pedido de inicio 600 RMB. Te ponen el precio en una calculadora y se trata de regatear a muerte, así que nos hemos reido y le hemos dicho que si, que por ese precio comprabámos el original casi. Entonces te da la calculadora y te dice: your price, how much? Manuel le ha puesto 30 RMB, la chica le ha dicho que si estaba loco, y entonces aquí empieza un proceso de regateo (incluso tirándote de la ropa) en el que te diviertes mucho, te vas de la tienda haciendo ver que es muy caro, hasta que el precio se ha quedado en 55 RMB, no está mal 5 euros y medio por un polo. Se ha comprado tres o cuatro. Hemos estado como cuatro horas allí en las que hemos conocido a Paco, un español de Málaga que lleva 12 años aquí y sabe de qué va el tema y que nos ha explicado muuuchas cosas y consejos. Además estaba su hija con una amiga que también vienen a estudiar a la SISU, así que nos las ha presentado.

Yo me he enamorado de unos Sebago pero no los hemos podido bajar de 150 RMB, y me daba palo pagar ese precio. Eran bastante decentes pero otro dia será. Más tarde, justo antes de irnos y después de estar más rato hablando con Paco, hemos mirado una tienda de gafas.

El mercadillo mencionado


Manuel se ha probado unas RayBan y el vendedor le ha dicho que 100 RMB, a lo que ha empezado el proceso de negociación otra vez hasta llegar a los 20 RMB, pero al vendedor se le ha girado la pinza y ha salido cagándose en la madre de Manuel porqué no se las había comprado. De repente le ha pegado una patada diciéndole: Fuck you, stupid y se ha empezado a encarar con Manuel, pero no es buen sitio para meterse con un chino porqué hay mucha mafia por allí y te salen 15 de algun sitio y la has liado. El 6 día no mola ir a la comisaría así que nos hemos ido mirándole con mala cara al imbécil y maleducado del vendedor. Era para pegarle, pero no vale la pena. Así que hemos vuelto cada uno a su casa y ellos dos salían de fiesta, yo hoy estoy cansado, mañana seguramente sí que saldré.

Como podeis ver de momento todo va empezando a ir genial ahora que ya conozco un poco más de gente. Y supongo que cuando empiece clases será aún mejor (empiezo el día 7).

Seguiremos informando...

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